martes, 1 de abril de 2008

Los 17


Cuando tenía 17 años no era muy distinta a lo que ahora soy. Han pasado ya 8 años pero sigo teniendo rasgos "perpetuos", aunque ahora soy un poco más responsable y me llevo mejor con mis papás. Creo que no he cambiado mucho porque en realidad pocas veces me preocupé de cosas que no afectaran directamente a mi vida, me refiero en el sentido trascendental. Siempre pensé mucho en el futuro, en cómo lograr las metas, y muy poco en el presente, sobre todo en cuanto a la típica preocupación de "verse bien" para los compañeros, y me acordé de eso precisamente porque el otro día, cansada a causa de hacer el aseo, me senté en el piso y presté atención a lo que decían en la radio. Justamente estaban en una publicidad de la revista "Miss 17", donde informaban sobre los artículos de este mes; uno de ellos era algo como "maquillaje para enamorar", quedé plop.
¿Cómo pueden subestimar tanto a las adolescentes como para hacer ese tipo de publicaciones?, por otro lado no soy ciega ni tonta, y durante la época del colegio conocí a muchas que se preocupaban en exceso de verse bien, sin embargo ¿es sano estimular ese estilo de vida en una etapa de la vida donde vas creandote, donde algunas de las desiciones y actitudes que tengas puedan afectar tu futuro? Está bien, son niñas, pero algún día van a crecer y se van a dar cuenta de que el amor del hombre que aman no va a depender de si su maquillaje es el adecuado o porque tienen el vestido correcto. Debo admitir que dentro de mi grupo de amigas no era la más solicitada (aunque eso no me importaba mucho), de hecho usaba la ropa del colegio mil grande, pero no por eso tuve malas experiencias amorosas, de hecho creo que las pocas que tuve fueron mucho mas sólidas que las de mis amigas "maquilladas". Y no es que escriba esto por una competencia de "belleza v/s intelecto" porque tampoco era la más inteligente del curso, sin embargo no creo, como dije anteriormente, que se deba crear esa mentalidad tan "materialista" y "facilista" en mentes tan jóvenes y suceptibles.
Pero, ante todo, lo más penoso aún es que existen muchas madres que, añorando la belleza y juventud de sus hijas, las incitan a ese tipo de actitudes ....... que suerte que nunca obedecí mucho a mi mamá, porque vaya que insistió en tener una hija "top"

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