Son las fuertes palabras de Patricia Troncoso, una de los tantos presos-polìticos mapuches, quien, desde hace más de tres meses que está en huelga de hambre a cambio de que sus peticiones sean escuchadas por parte de un gobierno sordo, que sólo busca el beneficio de unos pocos ricos, dejando de lado las injustas encarcelaciones de personas que poseen tierras desde antes de que nuestros antepasados llegaran a América, personas a las cuales jamás se les ha respetado como verderos habitantes de nuestro país, pues, al fin y al cabo, todos tenemos muy presente que ellos no se consideran chilenos, sin embargo, eso no significa que no deban estar amparados por la justicia nacional.
Creo que uno de los grandes problemas de nuestro país, al igual que en Bolivia y a diferencia de Ecuador o Perú, es que nuestros pueblos aborígenes son muy pocos absorvidos y escuchados por nuestras instituciones.
¿Cuantos chilenos verdaderamente entienden las peticiones y reivindicaciones que los mapuche exigen?
Creo, y estoy muy convencida, de que el problemas se puede solucionar desde la educaciòn, como futura profesora estoy dispuesta a educar a mis estudiantes en la tolerancia y respeto hacia nuestros pueblos y hacia los países en general. También creo que dando una buena base, con fundamentos y explicaciones sobre los problemas actuales del pueblo mapuche, originándolo y contextualizándolo en su historia, podremos crear esta tolerancia y respeto.
Creo que Patricia Troncoso debe ser un ejemplo, no sólo para la causa mapuche, sino que también para que todos los pueblos, naciones y habitantes seamos más tolerantes ante la diversidad de este gran globo llamado Tierra
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